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Feb 4th, 2020

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El Cafetal

 

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 by Lady D

No sé si les pasa, pero en muchas ocasiones olvido la oferta culinaria que ofrecen los hoteles. Cuando estoy pensando en un lugar para comer, I tend to overlook a los restaurantes de los hoteles, y es un gran error, lit son joyas. Cada vez que visito uno, salgo fascinada, veinte kilos más gorda pero fascinada, con las delicias que pruebo. Como todos saben, y si no lo sabían lo sabrán después de leer esta edición, este pasado noviembre nos visitó Rubén Antorveza,  y como todas y todos, también me enamoré del hombre, y ¿cómo no hacerlo? El Bastardo este es un príncipe azul vestido de cuero.

 

Para no hacerles largo el cuento, el Camino Real le organizó un almuerzo de bienvenida, cuz’ bitch is famous, en El Cafetal, uno de sus restaurantes. Aunque ya conocía el restaurante, nunca pensé en comer ahí. OMG! ¿Cómo les explico lo que me estaba perdiendo? Desde que entras al lugar, tiene esta vibra súper fancy, como una versión local del Saint Regis, elegant yet homey, and, on top of that, you get to see hot tourists, que para mí es un bonus total y aunque yo estaba con el más guapo del lugar, mi ojo se tomó la libertad de darse un taco de ojo con los otros comensales.

 

La ventaja de andar con una celebridad colombiana es que conoces a muchas personas, entre ellas a la Gerente del hotel. On a regular basis, no la verás en el restaurante, pues la mujer se encarga de que todo funcione perfecto. Después de ese almuerzo, se volvió mi ídola, I mean todo el girl power, y además de eso, sabes que al visitar el restaurante todo será perfecto porque una mujer exitosa y empoderada se encarga arduamente de esto. Durante el almuerzo, tuvimos la oportunidad de conocer al chef, quien resultó ser paisano de mi esposo, y let me tell you, he’s easy on the eye. Pero más allá de estas banalidades, cocina como pocos y no sólo cocina colombiana, believe me.

 

Puesto que llegué fashionably late, ya me esperaba en la mesa un homemade juice, super fresh y en estos días de dieta, súper recomendado. Lo no tan cool de mi llegada tarde fue que mi querido jefe Daniel (fugly slut), ya había ocupado el lugar junto a Rubén. Anyway, nos sirvieron como entrada unos chuchitos que sabían a cielo. Así es, un colombiano preparando los mejores chuchitos que se imaginan. Amo estas tendencias de volver gourmet la comida típica, again, fancy yet homey!

 

Lo que odio de ir a un lugar nuevo, es que me quiero comer todo el menú. Mi gorda interna en serio lo quiere todo, pero, gracias a las indicaciones del chef, pedí un risotto de tomate con medallones de lomito y el papi rico agasajado (ya que es pollotariano) pidió un salmón con una base de papas y, como él, se veía delicioso.

 

Los platos llegaron, se veían espectaculares y olían aún mejor. No les puedo explicar la combinación perfecta de sabores que era el lomito con el risotto, sientes cada nota de sabor en el paladar, c’est magnifique! (yes bitches, I also speak french). Lo único más rico que mi plato era Rubén, pero, tristemente, no estaba en el menú. Con un solo bocado me di cuenta lo tonta que había sido por no haber visitado este lugar en tantos años, ¿Cómo alguien se puede restringir el gozo de probar este tipo de comida? Y eso que estoy hablando de un sólo plato en el menú. ¡También tienen un bar de mariscos to die for! Por supuesto, no lo probé ese día, I’m not THAT fat, pero, regresé a probarlo!

 

Naturalmente, tengo decencia y recato y no le metí la cuchara al plato de Rubén, pero en sus palabras: “de los mejores salmones que he probado”, y, créanme, I eat a lot of salmon. Por supuesto, como cualquier mujer empoderada del siglo XXI, tengo un estómago especial para los postres, porque verlo a él no era postre suficiente, así que el chef nos envió su signature dessert: un pie delicioso y perfecto, la mezcla de textura de lo crunchy del crust con lo soft del pie is pure heaven.

 

Bueno amigas, espero haberlas antojado del restaurante y no del hombre, back off bitches! Créanme, you need to go, like right now, IMMEDIATELY, ¿Cuándo les he dado un mal consejo? Like never! ¡Recomendadísimo! El mejor lugar con el mejor ambiente, la mejor comida, y, aunque no esté Rubén, hay muchos turistas guapos. Sólo para que sepan, como diría Grumosa (la nube morada de la serie esta super geek): “!Quedé como estúpida!” Porque Rubén ni me peló, but a girl can dream, y la comida espectacular del Cafetal fue la cura para mi desamor.

 

Ya saben amigas, siempre cuentan conmigo para las mejores recomendaciones.

Yours truly, 

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