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Jan  29, 2017

Gula

 by Sofia Diaz Granai

Honestamente creo que no existe una mejor opción para el nombre de este lugar. Lo peor, es que tengo CERO sentimiento de culpa al pedir ese gelato de la casa, hecho a base de canillita de leche con un toque de ajonjolí negro… pfff! CUÁL GULA?! Placer para el paladar, arte de comer, foodgasm o #FOODPORN, como quieran llamarle; cualquiera de estos términos es perfectamente aplicable para lo que sucede al ir a comer a este pequeño pedacito de cielo ubicado en el corazón de la zona 4.

 

Vas caminando cerca de la ERRE y te topás con este pequeño local, un par de mesas afuera y una gran ventana que te permite observar hacia el interior. Milagros culinarios están sucediendo al mismo tiempo que vos pasas por ahí a la hora de almuerzo, pensando que habías planeado ir a comer a saber qué otro lugar, qué equivocado estabas. Bendito sea mi traído que me llevó a comer ahí la primera vez, juro que es imposible no enamorarse con esa comida.

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Sentado cerca de donde te están preparando tu comida, te podes tomar una cerveza artesanal mientras platicás con Juan Luis Vásquez, el dueño y chef. Gula definitivamente no es un restaurante tradicional, él lleva desde enero del 2016 intentando darte algo “íntimo y personal aunque no es nada formal ni nada serio. El servicio es muy relajado y súper casual”. Y yo como fiel consumidora, admito que me siento como en la casa de un amigo, al llegar.  

 

Estábamos sentados afuera y mientras yo enterraba mi cara en lo que se puede decir que fue –una de las mejores hamburguesas de mi vida–, Juan Luis me cuenta que lleva 11 años cocinando, iniciando su trayectoria como chef con tan sólo 17 años de edad. Su comida es la suma de 7 años de experiencia viviendo entre el sur de México, Baja California y Santa Bárbara; siempre metido en el mundo culinario y aprendiendo de diferentes personalidades fuertemente influyentes y con renombre importante en el ámbito restaurantero. Fue en ese momento cuando le pregunté si tenía algún chef en especial con el que se identificara o que fuera de inspiración para él, a lo que responde que no, pero algo que definitivamente sí es de las cosas más importantes que aprendió fue “poner en práctica el respeto al producto.” Ingredientes frescos todos los días y congruencia en la calidad de los mismos. Definitivamente no lograrías una Burger como ésta, con una deliciosa costra de queso, aguacate, tocino, un poco de cebolla morada y espinaca (que btw, está marinada en vinagreta desde el día anterior) con ingredientes que no fueran lo mejor en el mercado.

 

El concepto es bastante simple: trabajar con lo básico. No en cuanto al menú, pero sí en lo se refiere a la selección de ingredientes diarios. El menú de Gula es famoso por las burgers, que son algo diferente a lo que usualmente encontrarías, pero se complementa con opciones variadas, que son simples y elegantes al mismo tiempo. Comida elaborada muy finamente; todo preparado en el momento y con un sabor inigualable. Me cuenta también, que la idea comenzó como un menú rotativo de cada 3 meses, pero que la gente aceptó los platos originales tan bien que no permitieron que se fueran de dicha carta. Esta idea la adaptó de tal la manera que ahora se tienen “especiales de la semana”, los cuales van variando, dándole un toque de espontaneidad y diversión a cada visita que cualquier fiel consumidor haga.

 

La ultima vez que fui a comer, pedí un “Lomito de Cerdo” (uno de los platos clásicos del lugar), que viene acompañado con un poco de puré de zanahoria y manzanas verdes caramelizadas. Lloré de la felicidad. Y después pedimos no uno, sino DOS gelatos: primero, el clásico hecho de Chocolate Crispin y el segundo, el mejor postre de mi vida, ese gelato del cual les conté al inicio de este artículo. Algo a lo cual se le puede llamar un regalo del ente superior, sea cual sea al que le recen: gelato hecho a mano con una base de canillita de leche y un toque de ajonjolí negro. –Volví a llorar–.  Los invito a que saquen su gordito y su fotógrafo profesional de Instagram interior y vayan a consentirse, vale completamente la pena.

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“Gula: el pecado capital…. no es un pecado, es un placer.

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